Camila, una de las historias de amor llevadas al cine más recordadas se estrenaba en 1981, cuando Peter Lanzani (22) aún no había nacido. Hoy, desde el escenario del prestigioso teatro Lola Membrives, debutó con la versión musical junto a Natalie Pérez: Es un gran desafío contar esta historia que recrea una clásica vivencia de amor, una tragedia romántica que toca todos los puntos de una persona y que el público no va a poder creer. La obra la ensayamos sin interrupciones.
El otro Peter: Si tengo un solo día en el que me puedo levantar a las tres de la tarde pero hay un partido de rugby a las once, salto de la cama, me alisto y salgo. El único día que tengo libre son los domingos. No estoy saliendo, priorizo el trabajo, contó Lanzani.
Durante dos meses, fuimos puliendo todo lo necesario a nivel musical y le pusimos mucho énfasis a la interpretación de los temas. Ladislao, mi personaje de sacerdote, requiere de muchísimo esfuerzo físico, pero yo me lo busqué y acá estamos, cabalgándolo. Tuvimos que incorporar posturas, actitudes que ya no se usan más y que eran comunes entonces. Ahí aprovechamos para jugar mucho, que es lo que más nos gusta a los actores, cuenta el galancito.
¿Sos religioso?
Estudié esta historia, vi la película en mis épocas de colegio, así que ya conocía el tema. En mi vida cotidiana soy católico, pero no al extremo.
¿Cómo te llevás con el rótulo de galán?
Me gusta hacer el papel de galán porque me divierte, está bueno el contacto con la gente, hacer escenas de amor me copa. No obstante, hoy estoy tratando de crecer a nivel profesional y empezar a probar hacer otros personajes. Mi meta para los próximos años es poder interpretar desde un galán a un adicto a las drogas.
¿Qué hacés cuando te queda tiempo para vos? ¿Jugás al rugby, deporte que practicaste en el club Atlético Alumni?
Ya no juego mucho al rugby debido a que no tengo demasiado tiempo libre y además, es muy jugado porque corro el riesgo de que me pase algo. Pero lo que si hago es ir a ver a mis amigos y hermanos jugar, porque es un deporte que no quiero perder. Quizá, si tengo un solo día en el que me puedo levantar a las tres de la tarde, pero hay un partido de rugby a las once, salto de la cama, me alisto y salgo. En general, el único día que tengo libre son los domingos. No estoy saliendo nada, priorizo mucho el trabajo, cosa de dormir lo suficiente y levantarme con la voz necesaria para poder cantar. Ahora, cuando sé que al otro día no tengo que grabar, hago el esfuercito y, por ejemplo, me voy al cumple de un amigo. Si no todo se transforma en trabajo...
¿Te independizaste?
Me mudé hace poquito, estoy viviendo solo, una experiencia bastante nueva.
¿Y cómo te está resultando esa experiencia?
Bastante bien... Me estoy notando responsable, sabiendo manejarme con los temas de limpieza, comida y pago de impuestos aunque, a decir verdad, por la cantidad de actividades que hago no estoy mucho en mi casa. No te hago un pollo al spiedo, pero sí mis milanesas, puré, sopa, fideos, salsas, lo básico sale como pan caliente. Soy remañoso y trato de tener todo lo más limpio posible, siempre fui así, incluso viviendo con mi familia. Hay veces que te caen diez amigos, es inevitable que la casa quede medio patas para arriba, y no es que esa misma noche me pongo a lavar platos, me voy a dormir. Por eso, me decidí y me compré un lavavajillas, para que al otro día no me quiera agarrar de los pelos.
¿Estás en pareja?
No, no, estoy soltero, abierto y a la expectativa.
¿Qué significa eso?
Que no estoy buscando a nadie porque creo que esas cosas vienen solitas, pero si llega la personita indicada, será bienvenida porque el amor siempre es lindo. Si me llego a enganchar con alguien no tengo ningún problema en decirlo, en mostrarme con esa chica y vivir un romance con total libertad. Nunca renegué de ninguna relación por estar en la tele o el teatro. Y cuando estoy en pareja, no me divierte salir todos los días, en cambio, sí, estar bien con alguien en casa
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