jueves, 12 de septiembre de 2013

Cris Morena habló de Romina Yan, de su público, de Aliados y de mucho más

La productora televisiva que se encuentra metida en el mundo de Aliados recuerda a su hija Romina y cuenta de su viaje a Londres con su nieto mayor.
Cris Morena los aliados la salvaron del dolor. La salvaron de pensar una y otra vez en Romina, la hija que partió a los 36 años. Pasaron tres años desde entonces. Y Cris habla de Aliados como si fuera una forma -su forma- de volver a empezar. La presencia de la familia se refleja en el argumento y en algunos detalles, desde la huerta "ViveRo" o los nombres de sus nietos en distintos personajes. Tengo mucho para decir después de haber vivido un dolor enorme. Mi pasión por continuar hace que pueda atravesarlo. Nunca hubiera resurgido, no hubiera salido de mis cenizas sin el amor de mi familia, mis amigos y el de los nuevos aliados que aparecieron en el momento justo y hasta de esas personas que no conozco, pero sé que están. Todos ellos me dieron la misma energía que siento de mi hija, expresó la productora a la flamante revista Aliados.


¿Sentís la presencia de Romina?
Estoy muy atenta a todas sus señales. La ausencia de Romina me hizo valorar la vida. Me conectó con la naturaleza, con pequeñas cosas, gestos y detalles.

¿Creés que la gente entiende de lo que hablás?
No todo el mundo. Creo que todos somos seres de luz de dimensiones o mundos paralelos. Hay algo en el universo que es impecable y perfecto, como el público que me acompaña.

¿El público que te siguió en Chiquititas es diferente al actual?
Las generaciones pasadas y presentes tienen tantas similitudes como diferencias. Cada uno trae en sí mismo una semilla, si no es regada ni cuidada, es imposible que florezca. Algunos chicos están desamparados. El mundo es hostil con ellos, los aleja y ahuyenta. Yo lo viví así.

Uno no es nadie sin el otro, el otro te complementa. Por eso hay que tener amigos, hay que amarse, mimarse y abrazarse.

¿Tuviste una adolescencia difícil?
No tuve alguien que me guiara. De niña sufrí mucho porque me sentía rara, diferente. Me preguntaba por qué había nacido ser humano y no un pájaro. Eran preguntas extrañas. Sigo pensándolo, por eso tengo amor por la naturaleza. Después me incliné hacia la música y la lectura.

¿Qué libros leías?
Durante los veranos me refugiaba en la biblioteca de la casa de mi abuelo, donde había libros de todo tipo, un piano y una máquina de escribir. Ahí leí desde La Ilíada y La Odisea hasta (Karl) Marx. Hasta que me mandaron a tocar el piano (ríe).

¿Aprendiste a tocar piano?
Me obligó mi mamá. A los 15 me recibí de profesora de piano, solfeo y armonía. Tengo ganas de volver a tomar clases. Seguir aprendiendo.

¿Ese es tu secreto para el éxito?
Mi secreto es hacer lo que siento. Me gusta llenar de mística el grupo con el que trabajo, transmitirles pasión por lo que hacemos. Algunos me critican...

No soy muy buena con la tecnología, pero estoy fascinada con Twitter. En menos de un mes tuve más de 200 mil seguidores. Además, me hacen sentir muy bien con todo lo que me dicen. Valió el esfuerzo de animarse a usarlo

¿Qué te critican?
Que le pongo demasiada energía al trabajo, pero también la puse en mis hijos. Cuando nacieron dejé todo para dedicarme a ellos. No mido cuando me focalizo en algo que me pide el corazón y el amor. Lo que hago lo exprimo como una naranja. Ahora disfruto de mis tres nietos.

Hiciste un viaje con Franco, el mayor de tus nietos, ¿se fueron solos?
Le había prometido que a sus 13 años nos iríamos a un lugar en el mundo que él eligiera. Franco eligió Londres y allí fuimos. Sentí que estaba en el cielo. Lo disfrutamos y aprovechamos para ver comedias musicales. Allí fui María Cristina Giacomi, mi nombre real. Trabajé mucho con Cris Morena y ahora me voy a dedicar más a María.

¿Qué mensaje les dejarías a los chicos?
Que uno no es nadie sin el otro, el otro te complementa. Por eso hay que tener amigos, amarse, mimarse, abrazarse, hacer el amor. Que la música es un gran refugio, un gran aliado, sana y salva. Deseo que haya más justicia, humanidad y empatía. Debemos trabajar juntos para juntos poder lograrlo.

Elegí seres de luz. Los que miran el programa me van a encontrar a mí y a mi hija en cada palabra y en cada imagen. El proyecto partió de una sola frase: "Ámame cuando menos lo merezco porque es cuando más lo necesito". Son siete chicos llenos de problemas, con una vida nefasta. De pronto bajan siete aliados a despertarlos, a amarlos aun en sus horrores, con un amor incondicional y despegado. Esa fue la historia que quise contar. Podrían haber sido siete padres, pero elegí seres de luz.

A partir de mañana, sale a la calle la nueva revista Aliados, con toda la intimidad del programa. Entrevistas a los actores, los secretos de los personajes, guiones para jugar y mucho más.

Esta publicación está pensada para chicos de entre 13 y 17 años que quieren leer notas que les interesen, pero también que se preocupan por hacer que el mundo sea cada día mejor. Una especie de comunidad que tenga ganas de crear, sentir, descubrir, sumar y obviamente divertirse y estar atentos a las últimas novedades de la serie, del país y del mundo.

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